Alcalá de Guadaira y sus leyendas

Alcalá de Guadaira es otro de los pueblos entrañables sevillanos. Se encuentra a tan sólo 20 minutos de la capital hispalense y cuenta con muchísimas leyendas propias de un pueblo con mucha historia.

La leyenda del águila del castillo

Es una de las creencias más extendidas en la ciudad, y narra que la Virgen del Águila, la patrona, fue hallada por la intermediación de un águila. De haber sucedido, el episodio pudo haber sido más o menos así: Los cristianos, que se habían hecho recientemente con el control del Castillo, arrebatándoselo a los moros en la Reconquista, pasaban los días recorriendo sus nuevos dominios en el cerro del Castillo y haciéndose idea de sus posibilidades para su nueva vida. Desde su llegada habían observado que cada día un águila sobrevolaba las murallas e iba a posarse en un mismo lugar. Extrañados por la presencia y aún más por la conducta del ave optaron por ir al lugar elegido como posadero del águila. En este lugar, tras una breve búsqueda, encontraron enterrada una imagen de la Virgen que habría sido ocultada por los cristianos a la llegada de los invasores musulmanes. Esta Águila además de rescatar a la Virgen de su escondite, dio nombre a la advocación.

La leyenda de los peces mutados

Por todo el subsuelo de Alcalá se extienden las antiguas galerías romanas realizadas para abastecer de agua a la ciudad y a Sevilla, donde en su tramo final se convertían en los Caños de Carmona. La red de galerías está siempre llena de un agua cristalina recogida de diversos manantiales que tienen su origen en la roca albariza. Hay quien dice que en esa red de galerías habitan o habitaban extraños peces que se habrían adaptado a las singulares condiciones de vida en las galerías. Peces mutados de un color blanco y con los ojos atrofiados. Existe un testimonio recogido por Francisco García Rivero, en el que una persona afirma haberlos pescado y comido. Esa persona incluso alaba su carne por tierna y blanca.

La leyenda de la sima del castillo

En el Castillo hay una construcción cargada de incógnita y que a pesar de varias investigaciones permanece intacta en su misterio. Se trata de la gran sima que se encuentra en el patio al que da nombre. Es una gran construcción excavada en la roca de albero en la parte más baja del Patio. Las interpretaciones son varias. La más ortodoxa dice que es un depósito de agua para abastecimiento del Castillo y para acceder a algún cauce subterráneo de agua. Pero hay otras valoraciones que encuentran demasiada entidad en la construcción para que se trate de ello. El caso es que actualmente se encuentra llena de escombros y basura. En varias ocasiones se ha intentado llegar a su fondo. Varios obreros trabajaron en ella, pero tras profundizar mucho en ella no alcanzaron su fondo. A la espera de que se desentrañe el misterio las valoraciones son muchas. Hay quien habla de que es el inicio de una red de túneles que llevaba hasta el exterior del Castillo, permitiendo a sus moradores huir en caso de acoso o bien a los más valientes conseguir agua u otros elementos para seguir resistiendo a quienes asediaran la fortaleza. E incluso yendo más allá, se habla de que en su fondo está un gran tesoro escondido por un rey moro.

La leyenda de la princesa Alguadaira

Cuenta la leyenda, que en la torre más fuerte del Castillo de Qalat Chábir vivía la princesa ALGUADAIRA, joven musulmana hija del alcalde del Castillo. El padre de ésta, la había prometido en matrimonio al musulmán ABUL-SULEIMAN. Sin embargo, la princesa se enamoró de un cautivo cristiano preso por las tropas musulmanas, Garcí-Meléndez. Todos los días la joven princesa acudía a escondidas hasta la mazmorra donde estaba prisionero para ver al joven amante castellano. Un día decidió liberarlo y escapar con su amado por la Puerta de Sevilla o de la traición (pues traicionó a su padre, el cual le había prometido en matrimonio a Abul-Suleiman). Cruzando el río en barca, y en la otra orilla se encontraron con Abul-Suleiman, que apuñaló de muerte a la princesa. La sangre de la joven se mezcla con el agua del río, pasando a formar parte de él. Desde entonces el río toma el nombre de la princesa.

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