Los orígenes de la Semana Santa de Sevilla

Y en este bonito Jueves Santo lleno de ambientazo y de sol, os compartimos en el #yupiblog este artículo sobre los orígenes de la Semana Santa en Sevilla que hemos encontrado en personal.us.es

En la Edad Media, sólo se sacaban en procesión las reliquias, las imágenes lo hacen en el XVI, si bien es cierto, que en Sevilla existen procesiones en las que un Crucifijo es portado en mano. Así pudo ocurrir en la cofradía de la Vera Cruz, del convento de San Francisco, desde 1468 y en la del Santo Crucifijo, del convento de San Agustín, allí colocado en 1314.

La celebración de la Pasión se iniciaba con la la ceremonia de las Señas, en que se tremolaba el estandarte de la cruz en el altar mayor por parte del Chantre. El Domingo de Ramos se organizaba desde la catedral una procesión, en que participaban todas las cruces de las parroquias y que discurría alrededor del templo catedralicio. La ruptura del velo, el miércoles, era la indicación para que las cofradías comenzaran a salir de sus templos, a recorrer la estación de penitencia.

La estación penitencial se realizaba desde el templo donde se residía a varias iglesias o conventos de la collación. Así, por ejemplo, la Vera-Cruz realizaba cinco estaciones, al Convento de San Francisco, a la Catedral, al Salvador, a Santa María Magdalena y al Convento de San Pablo. La Trinidad visitaba seis casas de «Nuestra Señora (…), Nuestra Señora de la Yniestra e la Encarnación y el Socorro de Santa María de las Dueñas, San Salvador, Yglesia Mayor [y] Sancta Maria del Valle.»

Los recorridos de cada una no estaban sujetos a orden alguno, lo cual les hacía muy anárquicos. No es hasta el sínodo de 1604 cuando el Cardenal don Fernando Niño de Guevara, ordena que las cofradías hagan estación a la Catedral; para una mayor vigilancia se obligó a que todas las de Sevilla pasaran por la Catedral y las de Triana por la Parroquia de Santa Ana. Así nace la actualmente denominada «carrera oficial», que contribuyó decisivamente no solo a reglamentar las procesiones, sino a institucionalizar la fiesta y la devoción popular. De esa manera, las cofradías sevillanas se dividieron en penitenciales o de luz. Las primeras podían ser, además, de sangre o de disciplina y pretendían promover el culto y la contemplación de la pasión de Cristo.

Como curiosidad, podemos citar algunas de las hermandades que existían a primeros del siglo XVI, cuando se funda la Universidad de Sevilla, muchas de las cuales han llegado hasta nuestros días:

«El Silencio», probablemente fundada en 1340.

reglas hiniesta
«Constituciones de la Hermandad de Nuestra Señora de la Yniesta, sita en la iglesia parroquial de Señor San Julián, desta Ciudad de Sevilla. Hechas en reformación, y aumento de sus antiguas Reglas». Sevilla 1671 (Biblioteca Universidad Sevilla)
La Hiniesta, refundada en 1879, tras dos siglos sin vida, procede de otra hermandad que en el siglo XV ya existía.

«Los Negritos». El Hospital de Nuestra Señora de los Reyes, fundado por el arzobispo don Gonzalo de Mena y Roelas en 1393, es el origen de esta cofradía. (ver Cofradías de negros en Sevilla)

Vera Cruz, refundada en 1942, procede de otra hermandad de la que ya hemos tratado anteriormente.

Gran Poder, fundada en 1431, aunque sus primeras reglas son de 1587.

El Valle, formada por la fusión de dos hermandades, la más antigua de ellas, la de la Santa Faz, se fundó en 1450.

Esperanza de Triana, parece que fue fundada en 1481.

San Benito, reorganizada en 1921, viene de otra hermandad que poseia un Hospital a principios del siglo XVI en Triana.

Cristo de Burgos, aunque sus reglas son de 1943, su fundación viene de 1888, cuando los cofrades de la hermandad del Buen Fin, se trasladan a San Pedro, por problemas con la comunidad franciscana, y al no poder llevarse las imágenes, toman otras de una hermandad extinguida, que ya existía en el siglo XVI, conocida como «la de los estudiantes».

Montesión, parece proceder de un grupo de disciplinantes, reunidos en torno a un Crucificado, en el siglo XIV, que se establecen a finales del XV en el monasterio de Santa Paula, donde actualmente se encuentra dicho Crucificado, bajo el nombre del Coral.

Quinta Angustia, formada en 1500 en el convento del Carmen, sus primeras reglas son de 1541.

Hermandad y Cofradía del Santo Crucifijo y Nuestra Señora de Gracia, del convento de San Agustín; ya hemos tratado de su antigüedad, pero hay que señalar, que esta hermandad desapareció a finales del siglo XIX y su Cristo se perdió en el incendio de 1936, pero se hizo una reproducción y en la actualidad, es titular de la hermandad de San Roque.

foto tomada de la web de Julio Dominguez Arjona
El Cristo del Santo Crucifijo, en su última salida procesional de 1926, antes de desaparecer el 18 de julio de 1936
Hermandad del Santísimo Cristo de la Sangre, San Juan Bautista y María Santísima de la Candelaria; cofradía fundada en 1480 en el Hospital de San Antonio, en la collación de Omnium Sanctorum, y que desapareció en el siglo XVIII.

Entre 1530 y 1550 se crearon muchas más; algunas de ellas existían antes del XVI, aunque con otros objetivos y se convirtieron en hermandades de penitencia en este siglo. Arriesgandome a indicar fechas en ocasiones controvertidas, cabe citar a las hermandades de Pasión (1531) fundada en 1531 en el que fue Convento de la Merced (hoy Museo de Bellas Artes); la del Sagrado Decreto en la iglesia de la Trinidad (1535); Cristo de la Veracruz en el convento de San Francisco; Ntra. Sra. de la Coronación (1540). En 1542 se fusionan la hermandad de Ntra. Sra. de la Esperanza fundada por los ceramistas trianeros (1481) con la de San Juan Evangelista, obra del gremio de pescadores. A mediados de siglo surgen la del Dulce Nombre de Jesús (1550) en el Convento de San Pablo; Nuestra Sra. de la Luz (1550) en San Andrés; la Sagrada Cena en Omnium Sanctorum y Ntra. Sra. de la Soledad y Ntra. Sra. de la Encarnación (1558) que, situada en el Convento del Valle, cambiará de nombre y se unirá (1590) a la de la Coronación, establecida en San Martín. En 1582 el alfarero genovés Tomás Pesaro solicitó formar la cofradía del Santo Entierro, y a finales del siglo XVI los mercaderes catalanes se unieron para fundar la cofradía del Santísimo Cristo de la Conversión del Buen Ladrón y María Santísima de Montserrat. Ya en las postrimerías del siglo (1595) se funda en la iglesia de San Basilio, del barrio de la Feria, la «Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza», hoy conocida como la Macarena.

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