Es innegable el hecho de que los más pequeños están sometidos a un continuo proceso de stress durante todo el año. Y es que, desde que se levantan hasta que se acuestan durante todo el curso académico no paran de hacer cosas; Desde muy pronto ya están en el colegio, donde las clases suelen durar o bien hasta la hora de comer, o bien hasta la tarde, dependiendo del centro escolar. Una vez finalizan, suelen asistir a actividades extraescolares tales como música o fútbol; O, si los pequeños van mal en alguna materia, suelen acudir a academias para reforzar sus conocimientos en la misma. Una vez finalizada la jornada, toca llegar a casa y ponerse a hacer los deberes para el día siguiente. Y así un día tras otro durante nueve meses.
Por eso, ahora que llega el verano, nos toca a nosotros como padres recompensarles ese esfuerzo dejándoles disfrutar de ésta época. ¿Y se te ocurre mejor idea que hacerlo llevándolos a ver a la familia?. Miles de personas, una vez comienza la época estival, cogen sus coches y se dirigen hacia el pueblo, el cual suele ser el punto de encuentro con el resto de la familia.
Y es que, los pueblos ofrecen millones de posibilidades para que los niños se diviertan en verano. Lo primero y, muy importante, es que les da una sensación de libertad que en la ciudad no tienen; Pueden pasarse el día entero jugando en la calle con sus primos o con sus amigos. Lo segundo, es que da la posibilidad de olvidarse por unos días de las videoconsolas y los aparatos electrónicos y optar por juegos tradicionales perfectos para el desarrollo de los más pequeños.
¿Un buen plan para hacer en un pueblo y que los niños se diviertan? Puedes organizar, por ejemplo, una jornada de juegos con todos los niños de la familia. En ella, se irán alternando diferentes juegos tales como una ginkana, o, la zapatilla por detrás, de forma que, al final del día, uno de los pequeños resulte ganador.
Como ves, es muy fácil recompensar el esfuerzo escolar que han hecho los niños durante todo el curso; Basta con llevarles al pueblo para reunirse con el resto de pequeños de la familia. Durante esa época, mientras juegan y se divierten juntos, se crearán entre ellos unos lazos muy fuertes, los cuales son muy buenos para el correcto desarrollo emocional de los niños.
