Hace unas semanas recibí una llamada, un nuevo encargo el cual me encantó llevar a cabo.
La idea era pasar una buena tarde con los abuelos de la Residencia Nuestra Señora de Gracia de La Puebla de Cazalla.
Allí me planté y fuí yo quien se encontro muchas sorpresas: los abuelos espectantes, sus nietos nerviosos y una mesa preparada con café y pastelitos para coger fuerzas antes de la acción.
Gracias a todos, me hicistéis pasar una tarde genial.