¡Cómo nos gusta pasear por los pueblos de la provincia de Sevilla! Hay verdaderas joyas culturales. Hoy en el #yupiblog os traemos una leyenda de fantasmas, «El fantasma de la Colegiata de Osuna», que nos enseña que en esta vida tenemos que ser buenas personas porque nos puede pasar como al desdichado protagonista jijijijij. Hemos encontrado esta leyenda en elrincondezamorano.es.tl
Cuenta la leyenda que había una vez en Osuna un hombre muy rico, tan rico que pidió pasar una noche en la Colegiata, para dormir al lado de tanto arte y tanta belleza, como él decía, como tenía tanto dinero el cabildo se lo concedió.
Era un hombre viejo, tacaño y muy malo, le daba trabajo a todos los ursaonenses y también se lo quitaba, el trabajo y lo que no era el trabajo porque cuando alguien le estorbaba lo mandaba a mejor vida, el pueblo era prácticamente suyo.
Nicolás como se llamaba o Señor Don Nicolás, que era como le llamaba todo el mundo, llegó aquella noche a la Colegiata y se acostó en las catacumbas donde estaba el cementerio.
Llegaron las doce de la noche y escuchó un ruido, parecía como si una tumba de las que había a su alrededor se estuviera abriendo, él como no se asustaba de nada siguió durmiendo como si nada, pero otro ruido le despertó, eran pasos, alguien se estaba acercando a él, se levantó y encendió su candil para ver de lo que se trataba, cuando lo encendió lo vió, era un empleado suyo al que había pasado a mejor vida, pero detrás de él habío otro y detrás de ese otro había otro más y así hasta más de 100, asustado corrió fuera de allí y empezó a gritar pero era inútil nadie lo oía o no lo querían oir. Subió a la torre y allí les pidió clemencia pero esto no le sirvio para nada, se cayó desde lo más alto de la torre de la Colegiata y murió en el acto.
Habían cumplido su cometido, le habían hecho pagar todas las injusticias que había cometido, y así el pueblo de Osuna se quedo con todo su patrimonio y logró convertirse en lo que es ahora, una villa prospera.
