«Los Tres Magos de Sevilla»
Había una vez, en la hermosa ciudad de Sevilla, una noche mágica llena de estrellas brillantes y luces parpadeantes. En la víspera del Día de Reyes, los niños sevillanos no podían contener su emoción, ya que sabían que algo mágico estaba a punto de suceder.
En el corazón de la ciudad, en el Real Alcázar, vivían tres personajes muy especiales: Gaspar, Melchor y Baltasar. Eran conocidos como los Tres Magos de Sevilla, y cada año emprendían un viaje mágico para llevar regalos y alegría a todos los niños de la ciudad.
La tradición comenzó hace muchos, muchos años, cuando estos magos recorrieron los antiguos caminos de Sevilla guiados por una estrella resplandeciente. Llenaron sus sacos con juguetes, golosinas y amor para compartir con los niños de cada rincón.
La noche del 5 de enero, los tres magos salían de su hogar en el Alcázar, montados en sus camellos mágicos adornados con luces centelleantes. Dejaban tras de sí un rastro de risas y alegría mientras recorrían las estrechas calles empedradas de la ciudad.
Cada niño sevillano preparaba una carta especial para los Tres Magos, donde contaban sus sueños, deseos y las cosas buenas que habían hecho durante el año. Los magos, con sus corazones llenos de bondad, leían cada carta y se aseguraban de que cada regalo fuera perfecto para cada niño.
En la víspera de Reyes, los niños se acostaban temprano, con ojitos brillantes llenos de anticipación. Mientras dormían, los Tres Magos se deslizaban por las chimeneas y dejaban los regalos cuidadosamente en los zapatos que los niños habían dejado junto a la ventana.
Al despertar el 6 de enero, los niños sevillanos encontraban sus regalos, y la ciudad se llenaba de risas, juegos y gratitud. Los Tres Magos de Sevilla, desde lo alto del Alcázar, observaban con alegría la felicidad que habían traído a todos los hogares.
Y así, año tras año, la tradición de los Tres Magos de Sevilla continuaba, recordándonos que la magia y la generosidad pueden transformar incluso la noche más común en algo extraordinario.
Y así concluye nuestro cuento sobre los Tres Magos de Sevilla, que siempre velan por los sueños y alegrías de los niños de esta encantadora ciudad. ¡Feliz Día de Reyes!
